El gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, y su par de Buenos Aires, Axel Kicillof, se disputan desde hace semanas el proyecto de instalación de una planta de licuefacción de Gas Natural Licuado (GNL), motorizada por YPF y la malaya Petronas.
En este contexto, ambos mandatarios provinciales ya dieron pasos la carrera por hacerse de la mega millonaria inversión. Weretilneck fue el primero en adherir al Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) con el apoyo de la Legislatura provincial.
Por su parte, Kicillof esquivó la normativa que tuvo luz verde en el Congreso de la Nación y que se apresta a ser reglamentada por el Poder Ejecutivo. El ex ministro de Cristina Kirchner impulsará su propio marco regulatorio con el mismo objetivo que Weretilneck: quedarse con la inversión.
Sin embargo, más allá de las intenciones y de las acciones que dio cada uno de los líderes provinciales, el futuro de la planta de GNL todavía es una incógnita. Es por eso que la disputa llegó este miércoles al Senado de la Nación con un movimiento de piezas por parte de Weretilneck que aprieta al Gobierno.
La senadora Mónica Silva (Río Negro), bajo la tutela en término políticos del gobernador, se mostró con alfiles kirchneristas y el reivindicó que se mantendrá firme con su dictamen sobre la Boleta Única de Papel (BUP). ¿Qué tiene que ver esto con la planta de GNL?.
Durante el trascurso de la semana pasada, el Ejecutivo intentó motorizar una serie de reformas electorales -la más potente fue la eliminación de las PASO- con poco éxito. Desde el Senado, ya le advirtieron al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que la negativa para esa iniciativa no cuenta con el aval de los bloques dialoguistas.
Como moneda de cambio, los senadores le ofrecieron a la Casa Rosada reflotar el proyecto de ley para implantar la BUP. El proyecto obtuvo dos dictámenes -uno de mayoría y otro de minoría- en enero pasado en la reunión plenaria de las comisiones de Asuntos Constitucionales y de Justica y Asuntos Penales.
El de mayoría, fue acompañado por bloques federales, La Libertad Avanza, el PRO y la Unión Cívica Radical (UCR); mientras que el de minoría fue motorizado por la senadora Silva con apoyo del kirchnerismo y del senador Carlos Arce (Misiones).
Tanto Silva como Arce, sumada a la senadora Sonia Rojas Decut (Misiones), forman parte de la denominada “oposición dialoguista” de la Cámara alta y son clave para el oficialismo a la hora de la construcción del quórum y de las mayorías mínimas constitucionales que se necesitan, dependiendo el caso, para aprobar un proyecto.
Sin el apoyo de estos tres senadores, el poroteo con respecto a la BUP queda empardado en 36 votos para cada lado y sin posibilidad de que la vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel, pueda desempatar al tratarse de un tema electoral.
Por esta razón, la BUP duerme desde el verano en el Cámara alta y podría continuar allí con esta jugada de Weretilneck. La semana pasada, CATER consignó que la principal diferencia a zanjar y por la que Weretilneck cedería es la eliminación de la casilla que permite la elección de la “boleta completa” a la hora de elegir.
“Vamos a sostener la eliminación del botón de boleta completa”, le dijeron a CATER ante la consulta. La frase dejaba entrever la intención de convergencia entre Silva y el resto de los dialoguistas. Es decir, si el dictamen de mayoría incorporaba la modificación que pide Silva las posibilidades de que la BUP llegue al hemiciclo eran casi un hecho.
De hecho, uno de los promotores de la BUP en los pasillos del Senado fue Maximiliano Abad (Buenos Aires) mantuvo reuniones en Casa de Gobierno por el tema y tendió puentes con la propia Silva para arrimar posiciones al respecto.
Sin embargo, este tarde Silva volvió a ratificar su dictamen con una foto con Rodolfo Aguiar, secretario General de ATE, y los ex diputados Víctor De Gennaro y Claudio Lozano, puso en duda los acercamientos por la Boleta Única de Papel.
En el encuentro, los dirigentes ratificaron el rumbo que propone Silva en su dictamen, y que fue respaldado por el peronismo K y el que conduce también José Mayans, con mayor independencia del Instituto Patria. Un senador de la UCR consultado por CATER le atribuyó el movimiento de Silva a la disputa por la planta de GNL.