El especialista en el desarrollo de capacidades tecnológicas vinculadas al litio, Martín Obaya, dialogó con CaterNews acerca de las perspectivas del mercado de litio en Argentina y la región. Cuál puede ser el rol que cumpla el mineral que abunda en la Puna argentina, qué impacto puede tener en la balanza exportadora nacional y cómo puede influir en el desarrollo y la creación de empleo de las provincias del Norte.
Sus diferencias con quienes se refieren a este metal liviano como “el oro blanco” y por qué se trata de una minería de nicho que, en la práctica, “se parece mucho más a un proceso químico que a uno de minería tradicional”. La importancia de cuidar el medioambiente y el dinamismo de la “licencia social”, entre otros temas.
Partiendo de la base de qué el litio es un mineral altamente demandado, y que Argentina tiene una de las mayores reservas ¿Cómo definirías el rol actual del estado argentino con respecto al mineral y hacia dónde crees que que tendría que avanzar?
A ver, el rol del Estado está definido por algunos parámetros: algunos de carácter estructural y otros sobre el cual el Estado tiene mayor poder posibilidad de maniobra. Los aspectos estructurales son básicamente el marco normativo que regula la minería dentro de la cuales se encuentra el litio, en el caso de Argentina, como mineral de primera categoría. Y ahí diría que básicamente hay tres grandes sistemas de reglas. Primero la constitución, que determina que los dueños de los recursos son las provincias, y eso fue codificado en el año 1994. Después, el otro es el Código de Minería, que establece básicamente, diría como rango distintivo de Argentina, el hecho de que los recursos de litio puedan concesionarse a privados. Y el tercer rasgo es la Ley de Inversiones Mineras, que es una ley básicamente pensada como incentivo para la atracción de inversiones.
Entonces, diría que si tuviera que caracterizar el marco argentino, es un marco sobre todo por relación al litio en comparación con los otros países, bastante liberal, poca carga impositiva específica. Las provincias tienen un techo de lo que pueden cobrar, y por eso se crean como mecanismos un poco ad hoc, fideicomisos o empresas públicas provinciales, para poder mejorar las condiciones de apropiación de recaudación a partir de de de la minería.
Y después, digamos, fundamentalmente, es un marco alternativo que está orientado a inversiones privadas. Y cuando mirás el panorama regional, diría que fue bastante exitoso en eso. Lo que no fue tan exitoso es para hacer que esas concesiones otorgadas, muchas de ellas hace varios años se transformen en emprendimientos productivos. Ahí hay un delay bastante importante.
¿Por qué sucede esto que mencionás? Donde hay proyectos que están en fase de exploración o que empiezan, pero que a la etapa productiva están llegando con cierta lentitud.
Hay muchos motivos. En primer lugar, había muchos proyectos concesionados. No sé si todo, no tengo el dato, pero todo lo que sabemos que hay de litio, ya está concesionado. La forma de aplicación del marco normativo permitió que muchos se sentaran sobre la concesión, no hicieran nada, esperando a que alguien compre la concesión y hacer una especie más de negocio inmobiliario. Eso, digamos, explica por un lado las las demoras.
Después, por otra parte, las dificultades que durante muchos años hubo para el financiamiento de los proyectos. Digamos que entre 500, 800 millones de dólares para hacer un proyecto de veinte mil toneladas. Ahora resulta todo mucho más sencillo, pero mucho tiempo, digamos, por ahí no,
Yo siempre digo que el litio de alguna manera tiene mucha más fama de lo que realmente ha sido históricamente como negocio. En el ámbito de la minería, el litio es un negocio de nicho, o sea, en términos de inversiones, de empleo, incluso de exportaciones, cada proyecto litio es una parte relativamente pequeña de lo que es un proyecto de cobre, por ejemplo.
Tomando lo que decías recién, ¿se podría decir que hay una expectativa desmedida en lo que representa el litio para la economía argentina y para su balanza comercial y su perfil exportador?
Primero pondría en contexto: Argentina no le sobra nada, con lo cual digamos que cualquier cosa que sume buenísimo. Segunda cuestión, depende de dónde uno ponga el Zoom. Si vos me preguntás a nivel nacional, te digo, me parece desmedido, me preguntas a nivel de las provincias o local, digo, bueno, por ahí hay más oportunidades en territorios en los que crear un empleo privado cuesta un montón, me parece que las oportunidades son más importantes.
Sí me parece desmedido, sobre todo algunas metáforas que se han utilizado. El oro blanco, la Arabia Saudita del litio, todo eso me parece desmedido, porque le dan al litio un lugar o lo equiparan de alguna manera el petróleo cuando en realidad el litio ni del punto de vista tecnológico, ni del punto de vista económico podría ocupar el lugar que ocupa el petróleo para algunas economía que llamamos petroleras.
Si cuando vos te referís a la economía petrolera, te imaginás un país cuya economía, cuyas exportaciones, por ejemplo, dependen noventa y cinco por ciento de hidrocarburos. O que todo el ciclo económico depende del ciclo del precio. Eso, en el caso de litio, no sucede y me animo a decir que no suceda jamás.
Me surge la idea de ventana de oportunidad. ¿Argentina está o un poco atrasada o está a tiempo, y si va a poder en las próximas décadas asentarse como un jugador mundial en en este mercado?
Bueno, es difícil, digamos, hacer la la la futurología. Digamos, siempre la también, otra otra metáfora que la de la la la la metáfora de la ventana de oportunidad, no sabemos bien cuánto cuánto va a durar.
Es cierto que hay dos fenómenos: hay fuerzas que tienden a cerrar la ventana y otras que mantenerla abierta. Hay tecnologías competidoras, por ejemplo, la de la batería de sodio, que sin embargo, por el momento, difícilmente sea adoptada masivamente por la electromovilidad.
Hay otros países nuevos países productores de litio que probablemente ingresen como competidores, aunque probablemente con costos de producción mucho más elevados, por lo tanto, no darían la posibilidad de tener como rentas extraordinarias a países más eficientes como la Argentina, Y después hay otras cosas por las que tal vez se extiende más de lo que pensamos. Hay costos hundidos, empresas ya han invertido una cierta tecnología, la tecnología empieza a funcionar bien, ahí progresivamente se ha ido siendo el costo de las baterías, con lo cual es una tecnología cada vez más eficiente. Así que desde ese punto de vista no sé cuánto va a durar la ventana.
Y después, respecto específicamente a Argentina, a diferencia de otras etapas, esta vez me parece que ya hay comprometidos con tres, cuatro proyectos nuevos más las ampliaciones de los tres existentes, con lo cual… a ver, Argentina llegó en algún momento a explicar el quince por ciento de la producción en 2015 o 2016.. hoy no llega al 5%. Yo creo que podría tranquilamente volver a ser un jugador más relevante.
Un tema fundamental es la cuestión del cuidado del medio ambiente. ¿Cuál imaginás que es la postura que se tiene que tomar en ese sentido?
Mirá, ahí, no soy un especialista, pero al mismo tiempo diría cualquier persona que quiera hablar de litio, algo tiene que saber sobre esto. Nosotros hicimos un trabajo hace poquito, que lo que muestra es que en los temas de sostenibilidad, la cuestión ambiental es la cuestión que más preocupa a, no solamente a la gente en Argentina, ni en Sudamérica, sino a nivel mundial. La cuestión con relación a la minería de litio, y en particular dos temas, mayormente el tema del agua, sobre todo lo que tiene que ver con el impacto que puede tener sobre la Cuenca Hídrica, donde se encuentran los salares, El segundo tema es el tema de la biodiversidad en los ecosistemas donde están los salares.
Y ahí, claro, bueno, toda actividad minera tiene un impacto sobre el medio ambiente, que se puede reducir a partir de tecnologías que reduzcan ese impacto, y me parece que la industria está explorando caminos para eso, pero seguramente siempre va a haber un impacto. Entonces, yo creo que ahí la primera la hay hay una cuestión que es fundamental, que es terminar de entender cuál es el impacto real, cosa que todavía no lo tenemos, no está tan medido.
La segunda cuestión es si es que la cosa se puede hacer por menor impacto, explorar esos métodos. La otra cuestión me parece que es salirse un poco de la idea de la licencia social como una etapa estática, es decir, de un momento que la obtengo, la historia, yo creo que ahí hay que pensar en cuáles son los mecanismos de convivencia, de monitoreo colectivo, de diálogo, entre todos los factores que operan en torno en torno al salar.