La balanza energética de Argentina comienza a ofrecer resultados positivos luego de años de pérdidas para las reservas del Banco Central, y en enero registró un superavit de 390 millones de dólares, similar al registrado en diciembre.
El número se explica en parte a partir de que las exportaciones registraron un incremento del 10%, mientras que las importaciones disminuyeron un 14% en términos interanuales. Los datos se desprenden del informe realizado por la consultora “Economía y Energía”.
En el mismo mes de enero, las importaciones del rubro combustibles y energía se contrajeron sensiblemente, con un descenso interanual de 59%.

La expectativa es que este año Argentina alcance un superavit energético de alrededor de 3.300 millones, número que se desprende de las negociaciones entre el Palacio de Hacienda y el Fondo Monetario Internacional.
La ecuación empieza a ser positiva para el país a partir de la reducción en importaciones que representa el Gasoducto Néstor Kirchner, que amplió la distribución del gas de Vaca Muerta. Con ese mismo objetivo se está avanzando en la reversión del Gasoducto Norte, que permitirá que ese gas llegue a hogares e industrias del norte del país.
Producto de las demoras en esa obra crucial para las cuentas nacionales pero también para la autosuficiencia energética, este 2024 deberá importarse gas de Bolivia que no estaba previsto el año pasado. Se espera que la reversión esté finalizada para septiembre de este año, cuando ya haya pasado lo peor del invierno.