En el medio de la campaña electoral y tratando de paliar las consecuencias de la devaluación anunciada el 14 de agosto, el ministerio de Economía decidió no aumentar el precio estacional de la energía en septiembre, por lo que se mantendrán los valores en las tarifas de luz y gas de usuarios residenciales.
Estaba estipulado que en septiembre los precios se actualicen un 11% para los usuarios de la categoría más alta y de la categoría intermedia, un impacto que alcanzaba a más de 7 millones de hogares.

Pocos días después de la devaluación del 14 de agosto, la secretaria de Energía, Flavia Royón, había confirmado que las tarifas de luz y gas también recibirían subas en esa línea, en un contexto donde se intenta reducir los desembolsos que el Estado realiza en subsidios.
“La semana que viene vamos a estudiar cómo la devaluación afecta el costo de la generación de energía eléctrica y va a haber una actualización”, había dicho la funcionaria luego de la devaluación oficial.
El congelamiento de hecho que el gobierno hará sobre las tarifas de luz y gas se suma a la negociación que encaró con petroleras y refinadoras para que los aumentos de combustibles no superen el 12,5% a pesar de que es otro recurso atado al valor del dólar.